Isabel Díez Serrano recibe el valioso premio José Vasconcelos 2015; premio que desde el 1968 otorga el Frente de Afirmación Hispanista, de manos d su presidente don Fredo Arias de la Canal.
JUANA EN SU DESVARÍO:
Ya desvarío intuyo en esta ausencia,
tatuada va mi piel con el desgarro
de tu amor ten lejano al que me agarro
como sierpe enroscada a tu carencia.
No pensé, no pensé que tu existencia
habría de nutrirme en este barro
en que me anego y subiría al carro
del dolor que me instala en tu presencia.
Sangre encendida es mi dolor, palabra
que no siente el que miente ni el que labra
sino aquel a quien hieren las estrellas.
Calenturas me dan y calofríos
pensar que ya los cauces de tus ríos
no dejarán en mi cintura huellas.
CONOCERSE
inédito
Conócete Isabel, un día dije
y me adentré en los bosques, en los lagos,
allí pasaron días muy aciagos
hasta verme en espejo, que predije.
Atravesé su azogue y lo maldije,
mi abismo me marcaba los halagos
y en el oscuro charco los estragos
marcaban diferencia cual pijije.
Una luna, una luz centelleaba
donde mi corazón tarareaba
y limpiaba hasta el lodo fanganoso.
La alegría surgía de repente,
mi abismo se elevaba y ya mi frente
alcanzaba el camino más honroso.
YA LA TIERRA ESTÁ QUIETA
La tierra está ya quieta, los jardines vacíos.
Ya se encienden las luces a las seis de la tarde.
He guardado la ropa veraniega,
la he cambiado por un tono más gris
pero mi ánimo se impone una vez más,
mi ánimo se impone a la llovizna, calles desalojadas
después de los excesos del verano.
Ahora, a las ventanas se asoma una caricia,
el vaho del café,
olor a chocolate y pan tostado.
Trae, dame la guitarra
que quiero poner notas a mis versos
para darles calor y compañía.
Mi soledad no es sola, si alguien abre
en este instante la puerta de mi casa
verá que le di muerte a la tristeza
hace ya tantos años…
tal vez siga
durmiendo en aquel parque
haciéndole de estatua a las palomas.