PALMA REAL
No te observo serena bajo el cielo
como simple escultura vegetal,
fuiste cinta de luz, verde pañal
en mi impronta feliz de pequeñuelo.
¡Cuántas veces al pie del arroyuelo
agitabas tus pencas por cendal!
¿Cómo puedo olvidar ese caudal
de riqueza al guajiro y su desvelo?
Hoy que en versos y loas te saludo,
te enaltecen la patria y el escudo.
Señora de la brisa, mi amuleto
dorado desde el sol de la niñez,
me remonto a los campos otra vez
y a tu sombra murmuro este soneto.
NOCHES PINAREÑAS
Las noches pinareñas con el rito
de las viejas historias encantadas
animan a los duendes y las hadas
al influjo vital que guarda el mito.
Las noches pinareñas, infinito
deambular de poetas ante arcadas,
melódicas estrofas arrancadas
al viejo soñador que calla el grito.
Entre el Norte y el Sur en luz sellada
cada noche le sueña la alborada,
cada palmo del monte es la silueta
de un gigante dormido que las nombra
más allá del silencio y de la sombra
en los versos sublimes del poeta.