Las décimas del Paraíso
de Fredo Arias de la Canal,
glosadas por nueve poetas
hispanos
CON “VIAJE HACIA LA LUZ”, APÉNDICE
DE FRANCISCO HENRÍQUEZ
CENTRO CULTURAL FRANCISCO HENRÍQUEZ
MIAMI, FL 2019
¡Quién se comió la manzana?
preguntole Jehová a Adán
y contestole el rufián:
a Eva le dio la gana.
Con mala intención humana
Eva culpó a la serpiente
de haber sido impertinente
por dar maldito consejo
a su marido pendejo
del que jamás se arrepiente.
Segunda décima del Paraíso.
Inquirió Jehová otra vez,
preguntóle a la serpiente
si había sido impertinente
de tal conducta rahez.
Respondiole la soez
que con furioso ademan
atrevióse el padre Adán
hacer lo que tuvo gana
comiéndose la manzana
como un bocado de pan.
Tercera y última décima
del Paraíso perdido:
Dice la historia sagrada
que Jehovà deseperò
y que muy pronto mandò
a los tres a la chingada.
La vida la vio arruinada
Adàn por su acusación
y Eva por su maldiciòn,
mas la serpiente no pena
por la terrible condena
que fue nuestra perdiciòn.
Fredo
Fredo Arias de la Canal
Presentación
María Jesús Lozano Cáceres
La musa Talía
¡QUIÉN SE COMIÓ LA MANZANA?
I
En un tiempo muy lejano
hubo Edén maravilloso
sin animal peligroso
que te mordiera la mano.
Adán se mostraba hermano
de la noche a la mañana
sin rondar a su paisana
que intenta ser portavoz;
de pronto se oyó una voz:
¡Quién se comió la manzana?
II
El macho está sorprendido
después de haber degustado
del árbol que está vedado
y el fruto ya se han comido.
Despierto, que no dormido,
los dos juntos volverán..,
luego después pagarán
por lo que no se resiste
¿tú también te la comiste ?
preguntole Jehová a Adán.
III
Él no se siente culpable
-confundido como un niño-
Eva no usaba corpiño
y pasó lo inevitable.
No me siento responsable
de todo lo que me dan
sin trabajo comí el pan
que me daba la mujer.
-¡no te sabes defender!-
Y contestole el rufián:
IV
Tan fácil era mi vida
que disfruté del regalo
sin pensar que fuera malo
aquella trivial comida.
La compañera atrevida
no da puntada sin lana
y en la vida cotidiana
se me pone muy coqueta
¡ y yo perdí la chaveta!
A Eva le dio la gana.
V
¡Pero si nadie nos vio!
¿ a quién infringimos daño?
No quise ser un tacaño
y le di lo que pidió.
La hoja de parra tapó
esa mordida manzana
y con voz de charlatana,
al ver mi cuerpo desnudo
se defendió como pudo
con mala intención humana.
VI
El se la comió primero
Y vino a mí con engaño;
mas el hombre con redaño
dice ser su compañero.
Al ver su sentir sincero
ella declara inocente
que enemiga diligente
vino a rondar su cabeza
y sin ninguna pereza
Eva culpó a la serpiente.
VII
Que de forma escurridiza
desaparece en el acto
sin dejar ningún contacto
al que su mente esclaviza.
Su veneno paraliza
con su estilo sugerente
que aparece de repente
para engañar ¡como no!
y nunca se disculpó
de haber sido impertinente.
VIII
Te cerraré entre cerrojos
cuando pueda darte caza
por maldecir a la raza
para saciar tus antojos.
Escondida en los rastrojos
verás como yo me quejo;
con furia yo despellejo
Al gran aspid sin tridente;
remordimiento no siente
por dar maldito consejo.
IX
Fue causa de mala herencia
ese original pecado
razón por la que arrastrado
te la comes con frecuencia.
Ha marcado la existencia
la manzana del complejo
y sudoroso el cortejo
con su diario trabajar
no queremos marginar
a su marido pendejo.
X
Han de compartirlo todo
porque juntos decidieron
tener hijos que nacieron
con dolor en un recodo.
Cada día , de igual modo,
has de verla diferente
sin que le claves el diente
a la fruta del vecino
¡defiende grato destino!
del que jamás se arrepiente.
Mª Jesús Lozano Cáceres.
25-2-19. Gran Canaria
Presentación
Isabel Díez Serrano
La musa Clío
¿QUIÉN SE COMIÓ LA MANZANA?
I
Hubo un día un paraíso
dicen, arriba del cielo
tan dulce cual caramelo
y Dios allí, crear quiso.
Creó un mundo muy preciso,
hizo al hombre en buena gana
y a la mujer, como hermana,
comió del árbol prohibido
y hasta ahora no es sabido
¿quién se comió la manzana?
II
El lío ya se formó
al haber hombre y mujer,
ya se puede suponer
la merienda que se armó.
Ya todo se les torció
porque Eva engañó al galán
y, tan bueno como el pan
al hombre le parecía;
viendo lo que sucedía
preguntole Jehová a Adán:
III
¿Quién pues ha sido el valiente
que comió de lo prohibido
y habiéndolo esclarecido
ha sido desobediente?
–Vuestro estigma está en la frente,
iréis abajo y el pan
con sudor y vuestro afán
alimentaréis los hijos,
son mucho más que acertijos–
y contestóle el rufián:
IV
No Señor, yo no pequé
fue Eva quien me empujó
a comer lo que comió
y yo solo, me dejé.
Aun no sabiendo porqué
probé y me supo a campana
que tañe por la mañana
anunciando nuevos cánticos
y así, siendo ya “románticos”
a Eva le dio la gana.
V
¿Porqué me diste mujer
si ha de ser mi perdición?
No puedo darle plantón
a lo que he de agradecer.
Los dos fuimos con placer
a comernos la manzana
pero la idea malsana
fue de Eva que no fue mía
por tanto, ella lo haría
con mala intención humana.
VI
Entre paseo y paseo
Dios estaba acongojado
haber creado ganado
en lugar de un buen recreo.
Eva con su campaneo
le llevaba la corriente
hasta que cruzando un puente
vio aquel árbol tan frondoso,
comió del fruto jugoso
y Eva culpó a la serpiente.
VII
No supo dónde esconder
sus vergüenzas ante Dios
haber pecado los dos,
no eran ya de merecer.
Eva iba a padecer
por su culpa, el pertinente
castigo, que era inherente
a los dos, en este caso,
lástima por dar el paso
de haber sido impertinente.
VIII
En seis días creó el mundo
y se tumbó a descansar,
Dios, cansado de pensar
ya se sintió nauseabundo.
Nunca creyó, moribundo
hombre huyó como conejo
ya que, sin ningún cortejo
hombre tomaba mujer
y habría de padecer
por dar maldito consejo.
IX
Eva pronto se da cuenta
del mal que ella pudo hacer
y maldijo su querer
pues no le saldría renta.
Mas picante que la menta
le pareció el entrecejo
que el hombre puso, su espejo
bien reflejaba el pecado
habiéndole traspasado
a su marido pendejo.
X
Ha pasado mucho tiempo
y el hombre y mujer pelean
para que no se les vean
quien de los dos va a destiempo.
Si todo fue contratiempo
habrá que pasar corriente
del río que ya saliente
surca la mar del deseo,
del que jamás se arrepiente.
Isabel Díez Serrano
Presentación
Ana Rosa Díaz Naranjo
La musa Calíope
RETROSPECTIVA
I
En medio del paraíso,
y desnudos los oriundos,
detallaron los segundos
pa festejar sin permiso.
Eva preparó su guiso,
y coqueteó en la ventana
con Adán, al que una cana
le asomaba en la mollera,
Dios llegó: ¿cuál es la artera?
¡Quién se comió la manzana?
II
Eva bajó la mirada,
(ella la había escondido)
Adán, cariacontecido,
dijo: no sé, no sé nada.
Dios se marchó y alelada
Eva perdida en su afán
le mostró en el celofán
de su mano el fruto que
ella no hallaba el porqué
preguntole Jehová a Adán.
III
Ya le faltaba un pedazo
al fruto de la discordia,
ella sin misericordia
le metió a Adán un codazo.
Lo atrajo hasta su regazo,
le puso en la mano un pan
y empleando un ademán
en la boca la manzana:
Yo soy tu potra alazana
y contestole el rufián:
IV
-¿Por qué te pusiste ropa?
¡Exquisito está este fruto!,
te miro mientras degluto
y se enciende mi marsopa.
Volvió Dios y a quemarropa
exigió: ¿por qué tu hermana
se ha vestido?, ¿y que emana
de su cuerpo?, ¿y qué come?
Y Adán dijo en su desplome:
A Eva el dio la gana.
V
Ella sabía que no
podía tomar el fruto
‑Es solo como tributo,
dijo una voz que no vio.
De pronto reconoció
envuelta en velo de lana
a su amiga la pagana
serpiente desobediente:
-Come, come, hinca el diente
(Con mala intención humana).
VI
Por eso cuando Dios vino
ella quiso resguardarse,
no encontró cómo salvarse
porque el pecado devino.
Adán con paso cansino
ya había perdido un diente,
el dolor de su simiente
empezó a hacer de las suyas.
¿Qué hiciste tus aleluyas?
Eva culpó a la serpiente.
VII Pero Adán llegó irritado
por el dolor de su ruina,
protesta mientras camina,
no ha visto a Dios a su lado.
Desaparece el enfado
cuando lo mira de frente,
parece un adolescente
en medio de una querella,
entonces la acusa a ella
de haber sido impertinente.
VIII
-Es peor que la serpiente
al darme de esa manzana
¡Qué mujercita tirana!
¡y conmigo, que no invente!
Dios lo miró, le vio el diente,
se cubrió Adán con complejo
pero Él dijo, serás viejo,
Eva al dolor parirá
y la cobra morirá
por dar maldito consejo.
IX
La serpiente lo había dicho:
Sería tan poderosa,
tan potente y vigorosa
como todo lo antedicho.
Se alisó el pelo al “Capricho”,
preñada por el consejo
del reptil con su cadejo
y se empezó a acicalar.
Ya no quería mirar
a su marido pendejo.
X
Pasó el tiempo y el Edén,
Se tambaleó hasta el infierno,
convertido en fuego eterno
no crecía ni el llantén.
Eva y Adán, como ven
cataron la llama ardiente
y la víbora demente
vive como un adalid
recordando aquel ardid
del que jamás se arrepiente.
Ana Rosa Díaz Naranajo
Presentación
Yasmín Sierra Montes
Melpomene
¿QUIÉN SE COMIÓ LA MANZANA?
I
En el centro del planeta
el gran Dios plantó un manzano
de hojas verdes muy lozano
que Edén, bautizó el poeta.
Según arcaico profeta,
en una fértil mañana
en que el aliento dimana
amores y fantasía,
dijo un ángel en porfía:
¡Quién se comió la manzana?
II
Allí se vieron dichosos
una pareja inocente
Adán y Eva muy decente
y se volvieron deseosos.
Cuando de verdad golosos
tomaron lo que les dan,
y comieron con afán
hasta que en la penitencia:
¿Quién desoyó mi sentencia?
Preguntole Jehová a Adán.
III
«—Es Eva que me tentó.
Conocí lo que se ignora
ecuánime y sin demora
ella misma manoseó.
Y mi cuerpo despertó.»
Dijo con astucia el truhan.
«—Uno toma lo que dan
las manzanas prohibidas
pasiones desconocidas…»
Y contestole el rufián.
VI
«—Eva una mujer sencilla,
nos escarmentó al infierno
pasaremos el invierno
enredados en la quilla.
Ella ahora se maquilla
indumentarias desgrana,
por qué comió la manzana
fortificada en su templo»
Yo pienso si la contemplo:
A Eva le dio la gana.
V
Eva no pensó en futuro
alegre cual cascabel
a su promesa fue infiel,
y ahora puesta en apuro.
Le espera destino oscuro
por comer una manzana.
Está negra la mañana
está oscuro el episodio,
Adán le regala su odio.
Con mala intención humana.
VI
Quedará para la historia
de la mujer el desliz,
no quedará ni un barniz
que enaltezca la memoria.
Mejor culpamos la noria
por ser la mujer ardiente.
Dejemos trama pendiente
siendo la única mujer
quizá para entretener:
Eva culpó a la serpiente.
VII
«— La serpiente fue escondida
ella salió de imprevisto
nunca antes se le había visto
(ninguna vez en su vida.)
Ella estampó su mordida.
Esa ilógica serpiente,
me carcomió con su diente.»
Todo patentizó ella,
Él acusó la doncella.
De haber sido impertinente.
VIII
Eva así todo culmina
con maldito desespero:
«—Será la serpiente, espero
quien mi conducta domina.»
El reptil casi termina
de los jueces el consejo.
Adán subsiste perplejo
a la rastrera condena
a una celestial cadena,
por dar maldito consejo.
IX
Eva culpa a la serpiente
con labios entrecortados.
Adán mira a todos lados
quiere removerle el diente.
Pretende hallar la simiente
de su maldad en el tejo.
Eva arruga el entrecejo
y culpa por el error,
al que siempre fue un traidor:
A su marido pendejo.
X
Indagando en los albores
expresa Eva enamorada:
«Es que en cada madrugada
se me suben los rubores,
y por precioso que tu ores
me vuelvo más penitente,
la serpiente impertinente
fue quien se comió la pulpa.
Pero mi pecado es culpa.»
Del que jamás se arrepiente.
Yasmín Sierra Montes
Presentación
Odalys Leyva Rosabal
Urania
¿QUIÉN SE COMIÓ LA MANZANA?
I
Dios fue al Edén en las noches
le acariciaba su fruto
con apetito sin luto
y sin causarles derroches.
El árbol de suaves broches
tenía una flor temprana,
un goce en cada mañana
con latifundio de mieles
y preguntó a los infieles
¿quién se comió la manzana?
II
La mujer recta y tranquila
fue la carne del engaño,
una oveja del rebaño
que el hombre puso en la fila.
Cuando el ojo se encandila
sufre sin probar el pan.
¿De cuál árbol quedarán
colgando tantos placeres
al goce de las mujeres?
─preguntóle Jehová a Adán.
III
Dios, descubro tus manos
ardid de galanterías
y tantas filantropías
entre los falsos humanos.
Hombre de yugos tempranos
que a veces fingen que van
a esconderse en el desván
como gusano maldito.
Tapó su cara en un grito
y contestóle el rufián.
VI
La mujer es seductora,
tocó mi boca y mis ojos
y me ofreció los despojos
como llama inquisidora.
No supe de la demora
trivial de la raza humana,
ni si existe soberana
forma de palpar el gusto
y si tengo este disgusto
a Eva le dio la gana.
V
Ella me hablo de un licor,
de una llama con fulgores,
de placeres bienhechores
y un elixir surtidor.
La levedad de su amor
era agradable y ufana;
la sonrisa que engalana
escondió en cada destreza
Llegó el hombre en su nobleza
con mala intención humana.
VI
Fue lo que dijo el reptil
que miraba el árbol puro
en su caudal y conjuro
evadiendo otro redil.
El pecado en un cantil
buscaba brillar la mente
y en arpegio reverente
el hombre palpó su mano
y sin mínimo desgano
Eva culpó la serpiente.
VII
Las dos quedaron calladas
en el más sabio combate,
el aire de su dislate
con sus tiernas marejadas.
Paraíso de cascadas
con un paisaje elocuente
donde pudo más la fuente
erótica del camino
que haber culpado al felino
de haber sido impertinente.
VIII
El hombre fue el fascinante
dijo Eva al mediodía
que no creyó en utopía
ni en las luces de un diamante.
¿Tal vez habrá quien le cante
y convide su reflejo?
¿Refractará algún espejo
la emoción de lo divino?
¿O habrá derroche de vino
por dar maldito consejo?
IX
─Si yo tuve iniciativa
para engrandecer la prole
no habrá quien mi causa inmole,
ni habrá un buque la deriva.
Cuando la piel está viva
y no tiene su vencejo,
busca infiel el catalejo
para mirar su espesura
y así brindarle la cura
a su marido pendejo.
X
Eva es licor, canto es Eva,
potro es Adán es montaña,
dulce jugo de la caña,
árbol fuerte que se eleva.
¿Quién no descubre la cueva
en un siglo displicente?
Cuando el hombre es indolente
tiene temor de la loma.
La mujer brinda su aroma
del que jamás se arrepiente.
Odalys Leyva Rosabal
Presentación
Ivonne Martín
¡QUIÉN SE COMIÓ LA MANZANA?
I
De enigmas irresolutos
está la historia repleta,
y en este humilde planeta
hay menos sabios que brutos.
Relativos y absolutos
se topan hoy y mañana,
mas no hallan respuesta sana
que nivele el terraplén:
en el jardín del edén,
¿quién se comió la manzana?
II
Empecemos por el punto
de la legendaria fruta:
no existía en esa ruta
ningún manzano presunto.
Se complicó tal asunto
cuando por el “qué dirán”
(más temible que Satán)
Jerónimo en la Vulgata
tradujo sin fe de errata:
“preguntóle Jehová a Adán”.
III
Pero volvamos al tema
que al mundo entero concierne
(y no porque me consterne
tan fanático dilema).
En tal situación extrema
se hallaba el primer galán…
Como bien dice el refrán,
“más sabe el diablo por viejo”
‒quiso salvar el pellejo
y contestóle el rufián:
IV
“Me encontraba yo tranquilo,
mirando pasar las nubes,
jugando con los querubes
y tomándome mi tilo.
De pronto me puso en vilo,
con su presencia temprana,
mi compañera lozana,
tan seductora y amable…
Sólo ella es responsable:
¡a Eva le dio la gana!”.
V
Véase aquí que el varón
fue poco caballeroso,
pues se mostró temeroso
(por no decir cobardón).
Entretanto, en un rincón,
cierta culebra villana
se ocultaba tras la arcana
frontera del paraíso,
tratando de hundir el piso
con mala intención humana.
VI
Ante el delito flagrante
de franca desobediencia,
la mujer pidió licencia
y señaló a la reptante.
‒ ¡Ese majá es el causante
de mi desliz evidente!
Me dijo: “Clávale el diente…
dale un trozo a tu consorte”.
Y terminado el reporte,
Eva culpó a la serpiente.
VII
Así nació el peloteo
entre el hombre y la mujer
que, a mi modesto entender,
cada vez se ve más feo.
Por esa razón hoy creo
que Dios ha sido clemente
cuando a todo descendiente
del pecado original
lo marca con la señal
de haber sido impertinente.
VIII
Reptiles hay dondequiera,
constantemente intentando
desacreditar el mando
de la autoridad primera.
Pongamos una barrera
que nos separe del viejo
paradigma del complejo
“tú eres menos, yo soy más”,
y quede la sierpe atrás
por dar maldito consejo.
IX
Como se ha puesto de moda
por cualquier cosa ofenderse,
nada habrá de concederse
y así nadie se incomoda.
Si jugar con fango enloda,
dedíquese a otro festejo:
no arruine con un manejo
dudoso la diversión,
y mantenga en exclusión
a su marido pendejo.
X
Con esta estrofa ya cierro
lo que el Génesis aporta:
el hombre nunca soporta
ser sorprendido en un yerro.
A mi concepto me aferro
por un estudio reciente,
y el padre de tanta gente
‒léase Adán cromosómico‒
del Supremo es chiste cómico
del que jamás se arrepiente.
Ivonne Martín
Presentación
Agustín Delgado Santana
Dios Apolo
¿QUIÉN SE COMIÓ LA MANZANA?
i
En el árbol de la Ciencia,
la serpiente de Satán
indujo a Eva y Adán
a conculcar la obediencia.
Por ello, su descendencia
al ver la sierpe holgazana
tocar su astuta campana
-aunque algo se barrunta-,
puesto que peca, pregunta
¿Quién se comió la manzana?
II
Eva y Adán residían
En el Paraíso ufanos
hasta que llegó a sus manos
la fruta que les prohibían.
Si la manzana comían.
-les dijo el áspid Santán-,
Yahvé les daría su afán…
¿Sabes necio que si muerdes
esa poma el Edén pierdes?
pregúntole Jehová a Adán.
III
La recta y blanca fumata
del sacrificio que Abel
ofrece a Dios-Emmanuel
a Caín crispa…, arrebata…
Por tal motivo le mata;
mas Yavhé dice al barbián:
“Dime ancestro de Madián
y hez del género humano…
¿Dónde se encuentra tu hermano?
y contestole el rufián:
IV
“No suelo meter el naso
en los asuntos de Abel,
ni vigilo su cuartel…
¿O soy su guardián acaso?
Si damos atrás un paso
y hablamos de la manzana,
verás como Abel se afana,
en lo mejor ofrecerte;
pero, de no obedecerte,
a Eva le dio la gana.”
V
“No necesito un vidente
para aclarar ese enigma
pues, de la Parca, el estigma
llevas pintado en la frente.
Soy Yahvé, tu referente;
Soy de quien la ley dimana
y quien en larga besana
hará que cardos cultives.
Lo ordeno así, porque vives
Con mala intención humana.”
VI
En el Verde Edén, vivía,
feliz y sumisa, Eva,
cuando la sierpe maleva
le habló de sabiduría.
Cuando vio su rebeldía,
Jehová le dijo: “Atente
al castigo pertinente ”;
mas al ver que no era broma,
tirando al suelo la poma,
Eva culpó a la serpiente.
VII
A Lot, Edith prometía
no volver atrás la testa;
mas, en talla, por dispuesta,
de alba sal, se convertía
Yahvé hasta Sodoma envía
centellas de lava ardiente
para quemar a su gente
por su conducta execrable
y a Edith halló culpable
de haber sido impertinente.
VIII
¿Qué, tú, a Dalila decías:
“tengo en el pelo mi fuerza”,
sin prever –trozo de berza -,
que al dormirte lo perdías…?
¿Qué una vez ciego molías,
enlazado a un mulo viejo,
granos de trigo bermejo
Sansón, el juez asaz fuerte -?
Alguno corre igual suerte,
por dar maldito consejo.
IX
A Yahvé, Abrahán pedía
poder engendrar en Sara,
y ella se rió en su cara,
al pensar que edad tenía.
Por ello, un mes, noche y día
Sara fue el mudo reflejo
de un arrullador verdejo
que anida en el triste otoño;
mas, cuando habló, dio un retoño
a su marido pendejo.
X
Yahvé, del hombre sacó
del costado una costilla,
y de esa huesuda astilla
una fémina creó.
A pesar que le costó
el Edén, por la serpiente
el hombre vive pendiente
de ese espléndido embeleso,
porque su arribo es suceso
del que jamás se arrepiente.
Agustín Delgado Santana.
Presentación
-Lorenzo Suárez Crespo
Polimnia
POLEMICA EN EL EDEN
I
¿Dónde estuvo el paraíso?
¿Cantabria, Jerusalén?
¿Existiría el Edén?
¿Hubo culpa o fue un permiso?
¿Por qué no medió el aviso?
¿Acaso predicción vana?
Todo curioso se afana
buscando un testimoniante,
mas sigue la interrogante:
¿Quién se comió la manzana?
II
Infraganti, tal parece
que alguien fuera sorprendido
y un paraíso perdido
con el mito se enaltece.
Muy pálido se estremece
ante el gozo de Satán.
¿Las cáscaras, dónde están
si le falta un buen pedazo?
¿Fue Cupido el del flechazo?
Preguntóle Jehová a Adán.
III
Se hizo tan tensa la escena
que se enrareció el ambiente.
¿Adán, Eva, la serpiente?
¿Quién merecía condena?
Pero hasta hoy esa pena
sigue en dudas, ¿dónde están
las pruebas? El mismo Adán
perplejo y ya sin pudor
enmudeció ante el Señor
¿y contestóle el rufián?
IV
Claro, en un tono gregario
y las manos extendidas,
entre uvas apetecidas
casi en un mutis precario.
Hoy que vuelvo al calendario
de esa mística mañana
el juicio es toque a campana
y como Adán no lo anula,
tampoco el verso especula:
¡A Eva le dio la gana!
V
La incógnita es atractiva,
todo juicio es aparente,
existe el irreverente
y el del alma comprensiva.
Paraíso, onda expansiva
de ayer, de hoy, de mañana.
El misterio se desgrana
de criterios, pero en ellos
habrá que apartar aquellos
con mala intención humana
VI
No fue el goce de la fruta
ni la libido en cuestión,
ni se aclara la razón
de este binomio en disputa.
Mientras todo se discuta
habrá una luz en el lente.
Adán no daba la frente
y con pícara sonrisa,
dando sello a su premisa,
Eva culpó a la serpiente.
VII
Pero el reptil, bajo hechizo
diabólico, sin enojos,
se le reflejó en los ojos
y toda culpa deshizo.
Con andar escurridizo
se movió en ritmo silente
y dueña de aquel ambiente
silbó como un ave rara,
aunque allí se le acusara
de haber sido impertinente.
VIII
Parece que los conjuros
contra el reptil displicente
tienen tratado vigente
en designios tan oscuros.
Aunque a su paso no hay muros
que la frenen, el cotejo
surto de sangre a pellejo,
ya la tiene confinada
y a la tierra condenada
por dar maldito consejo.
IX
El paraíso, la tierra,
en lo yermo, en el jardín,
en la voz de un querubín
o en la del diablo que aterra.
Eva a su orgullo se aferra
sin fruncir el entrecejo
y sólida como un tejo
con firmeza reacciona,
por eso es que no perdona
a su marido pendejo.
X
Si se cuestiona el consejo,
oportuna es la manzana;
sin dudas esa mañana
guarda el sabor más añejo.
Del génesis no me alejo,
sigue siendo un referente
y aunque obrara la serpiente
alevosa en lo sucinto,
Eva optó por un instinto
del que jamás se arrepiente.
-Lorenzo Suárez Crespo
Presentación
Francisco Henríquez
Dios Baco
¿QUIÉN SE COMIÓ LA MANZANA?
I
Del Tigris y del Jordán
aún murmuran las arenas,
por causas propias y ajenas
del Diablo, Jehová y Adán.
Largos tiempos pasarán
para hundir la soberana
Corte: aquella anti-pagana
multitud, de mente angosta;
¡debió hurgarse a toda costa
quién se comió la manzana!
II
Un dios bien entrometido
en lo que no le concierne
cual sombra mala se cierne
sobre el sol y el colorido.
Esto ocurre; ha sucedido
doquier los hombres están;
jactancias siempre se dan,
como aquel infausto día
cuando entre su altanería
preguntole Jehová a Adán.
III
Adán sintió que su fuero
más íntimo se invadía
y se quemó en rebeldía
su carne de caballero.
Eva sucumbe; “te quiero”
dijole, un galante, Adán,
pero un perverso truhan,
escondido tras la turba,
celoso al dúo perturba…
y contestole el rufián:
IV
Eva vino al santo Edén
como un celestial envío
y lo de ella es todo mío
para adorno de mi harén.
Lo mío de ella es también
desde el río a la fontana,
y si en su fruta desgrana
miel para endulzar a dos,
no debe incumbir a Dios:
¡a Eva le dio la gana!
V
En gran lodazal inmundo
la serpiente se revuelca;
con los hedores que vuelca
salpica este ignaro mundo
Sus escamas al segundo
enlodan diamante y grana,
y el lienzo y la porcelana…
todo en su rastro es joroba,
y se entra en la tibia alcoba
con mala intención humana.
VI
Todo su andar lo envenena
el siniestro y putrefacto;
muerde la raíz del cacto;
muerde el arroz y la avena.
Pasa por sufriente y buena
entre el lodo pestilente,
pero en su afilado diente
hay un gozo por la herida,
por eso de la mordida
Eva culpó a la serpiente.
VII
Adán no tuvo esta culpa
si en la bíblica mañana
pudo gozar la temprana
y dulce y jugosa pulpa.
Así ante Dios se disculpa
de ese tan feliz presente
y ante el mentir insolente
fue la serpiente en la cueva,
quien debió culpar a Eva
de haber sido impertinente.
VIII
Nunca antes el Paraíso
disfrutó de tanta gloria
sellando para la historia
Adán y Eva, el compromiso.
Pero luego el Diablo quiso
(en su calidad de viejo),
que Eva fuese su reflejo,
y entre el inmundo cubil
culpó, injusta, aquel reptil
por dar maldito consejo.
ix
¿De esta intriga universal
a quien veremos culpable,
si a Eva por lo deseable
o a la serpiente infernal?
Ya se sabe que al final
de un camino desparejo,
Eva le cambió al espejo
el azogue de costumbre
dejando fuera de lumbre
a su marido pendejo.
X
Ya libres, Eva y Adán
de la tenebrosa cueva
¡qué Adán intimó con Eva
lo saben la miel y pan!
A morder el cordobán
se condenó la serpiente
y por acción tan valiente
siguieron un rumbo exacto;
¡para Adán este fue un acto
del que jamás se arrepiente!
Francisco Henriquez
VIAJE HACIA LA LUZ
Por Francisco Henríquez,
(Escrito en 1996)
VERSOS PARA GENTE CRECIDA
(INTRODUCCIÓN)
Mientras que la sociedad
no se libre de complejos,
esos que lleguen a viejos
son ancianos sin edad.
No ser de la pubertad
a ser mayor no equivale,
pues el genio que no sale
del temor donde se oculta,
no tendrá una voz adulta
que su condición avale.
I
Duele ver con qué pasión
la fe ha sido interpretada,
y cómo ha sido negada
para quebrar su función.
Dios no es de la religión
que creó la humanidad.
Dios es esa inmensidad
que a todos nos ilumina,
y eso no se determina
por grados de santidad.
II
Cierto párroco cristiano
quiso dar la bendición
a un nativo en rebelión,
y el empeño le fue vano.
Y aquel indio americano
se preguntó con recelo:
“¿Para qué marchar al cielo
donde ustedes van también,
acaso hasta el Sacro Edén
no llega vuestro flagelo?”
III
Creo en Dios y jamás dudo
de su gran don celestial,
mas de ese dios terrenal
de los hombres, me sacudo.
Sólo un Dios divino pudo
darle pan y amor al triste,
y ese, que de dios se viste,
se vuelve el mayor ateo,
que ya, como un fariseo,
afirme que el Diablo existe.
IV
Ofende al Señor quien crea
que las malditas deidades
de otras oscuras edades,
no son manchas de la idea.
Solamente un alma atea
pone en dudas el poder
que tiene el Supremo Ser
para la total conquista,
y no permitir que exista
la sombra de un Lucifer.
V
Todo cuanto ocurre, pasa
porque lo quiere el Señor
Todo alumbra su fulgor,
todo su ímpetu lo arrasa.
Desde su infinita casa
llega al pobre caserío.
Y donde derrumba el brío
la base de la conciencia,
no vale qué resistencia
se oponga a su poderío.
VI
De Dios es todo lo bueno
y también todo lo malo.
Todo se da por el halo
de la bonanza y el trueno.
Todo el mundo yace lleno
de maldad y de ternura.
Él muestra la mano dura
y la caricia que halaga…
Donde su fulgor se apaga
otro resplandor fulgura.
VII
Está presente en el grito
del coloso que erupciona,
y cuando se desmorona
la montaña de granito.
Transmuta en el infinito
como en el sutil retablo,
y en la puerta del establo
deslumbra la ingravidez,
cual si abrazara a la vez
la paz, la flor, el venablo.
VIII
El pastor, que pastorea
con humildad su rebaño,
pierde la cría de un año
cuando el río lo estropea.
Y al pescador la marea
le destruye pesca y barca,
pero cuando ve la Parca
reclama de Dios el bien ,
y niega que Dios es quien
desordena su comarca.
IX
Un falso creyente, aprisa
corre al templo. No se para
ante un mendigo con cara
triste, exhausto, sin camisa.
Tiene el alma tan sumisa,
¡tan sumisa al fanatismo!,
que no sabe en su egoísmo
¡cuánto el amor enaltece!,
ni que amar a quien padece
y amar a Dios, es lo mismo.
X
Si una buena donación
llega a manos del jerarca,
ya te limpia de la marca
y tienes gracia y perdón.
Te sobra la protección
si aparece el señor oro,
pero mueres sin decoro
mutilado en negra furnia,
si no gozas de la alcurnia
que domina el alto coro.
XI
Donde el mito mando tuvo,
toda la ley fue del mando,
para hacerle bien al bando
que en el mando lo mantuvo.
La injusticia suelta anduvo
con influjo de cien dueños,
y sucumbieron los sueños
de los humildes pastores,
porque los altos señores
medraron de los pequeños.
XII
La iglesia y la dictadura
visten con el mismo traje.
De ese infausto maridaje
la corrupción gana altura.
Cada creyente procura
lo mejor para su harén…
Así medra el “vive bien”,
porque ganan los bandidos
cuando más embrutecidos
los pueblos pobres estén.
XIII
Del creyente verdadero
debe admirarse la forma,
éste mantiene su norma
sin cambiar su derrotero.
Pero no comparto el fuero
que se toma el sacerdocio,
ya que lo hacen un negocio
con la voluntad del hombre,
para así tener un nombre
con que perpetuar el ocio.
XIV
Dios el justo es uno solo.
Como tal su luz no niego.
Si frente a su imagen ruego
lo hago sin mezquino dolo.
Nunca sus dominios violo
ni me voy con el más fuerte,
porque, como Dios advierte,
no son hombres necesarios
ciertos nombres tributarios
con que el Credo se pervierte.
XV
No escuches al mensajero
que ceremonioso viene,
y te asegura que él tiene
la voz de lo verdadero.
¿Cómo puede el misionero
probar que tiene poder,
disponiéndose a ofrecer
la bendición que te alabe,
cuando él ni siquiera sabe
quién es el Supremo Ser?
XVI
Para que esta tierra goce
los milagros de un bautizo,
debe estar el Dios que hizo
la luz que el mundo conoce.
No se requieren las Doce
Tablas Bíblicas, después
que lo entiendas. Si lo ves,
ha de ser como lo miras…
¡lo entenderás si no viras
ciertos marcos al revés!
XVII
Por ser fulgor repartido,
no tiene que ver en nada,
con la gente endemoniada
que le busca un parecido.
Toda imitación ha sido
torpe afán del ente necio.
Dios, a la vez justo y recio,
que en todo pone su mano,
le ha puesto cada cristiano
marca, pena, voz y precio.
XVIII
Muchos tienen por castigo
rendir culto a una figura;
cualquier palo, una pintura,
y las conservan consigo.
Le dan la espalda al amigo
que les cuenta la verdad,
porque entre la ceguedad
que tienen como condena,
no ven a Dios: el que llena
los huertos de claridad.
XIX
Toda la fábula o cuento
de puño de gente extinta,
fue de una visión distinta,
y hoy se sale del concento.
Se concibe su elemento
contradicción de sí mismo,
porque como el fanatismo
seduce a la vez que ciega,
casi siempre se doblega
y se vuelve oscurantismo.
XX
Cuando los inquisidores
coronaron su dominio,
se dieron al exterminio
de los rivales mejores.
Desoyeron los clamores
de la sociedad inmersa,
por eso quien os conversa
cree que tras la abjuración,
llegará otra Inquisición
que aplicarán a la inversa.
XXI
El hombre tiene el empeño
de adorar falsas deidades
que a través de las edades
son la imagen de su sueño.
Su dios se vuelve su dueño
y a su antojo lo esclaviza.
Tanto en su ardor idealiza
la ilusión, que se hace santo,
entonces lo cubre un manto
de sombra, miedo y ceniza.
XXII
Echa mano a cualquier ismo
para usarlo hasta el abuso,
y mientras le da más uso
más se eleva el fanatismo.
Redunda sobre lo mismo
con la misma intransigencia,
y al final de la experiencia
ya se siente un consagrado,
sin que nada haya cambiado
dos mil años de existencia.
XXIII
Dicen que el Omnipotente
le ordenó a Noé que hiciera,
cierta nave, y que pusiera
sobre la misma, a su gente.
¿Por qué salvó solamente
a su prole, sin fastidio?
Yo contra ese cuento lidio,
porque me resulta oscuro
decidir si un Dios tan puro
compartió el “humanicidio”.
. XXIV
Culpan al Señor y al cielo
del diluvio y de otros males,
que son cosas muy normales,
no una intención de flagelo.
La historieta la hizo el celo
de algún ente enano y cruel,
que en el pobre redondel
de sus predios diminutos,
pensó que sus atributos
cambiaban a Dios por él.
XXV
Muchos hijos de la tierra
llevan puesto un antifaz,
porque, si viven en paz,
pueden azuzar la guerra.
Buscan la paz, pero yerra
cada emprendida gestión,
y en la humillada región
nada valen los reveses,
si triunfan los intereses
que apoya una rebelión.
XXVI
En el Medio Oriente, miles
de indefensos palestinos,
perecen en los caminos
bajo indulgencias hostiles.
Las voces de los fusiles
silencian débiles voces,
y como bestias feroces
que ignoran toda piedad,
llaman actos de bondad
a los crímenes atroces.
XXVII
En cualquier lugar del Orbe,
donde el fanatismo manda,
quien suple la propaganda
mayor atención absorbe.
Se elimina a quien estorbe
consumar cierta ambición,
porque en la consecución
de ese fin, aumenta el odio…
¡Con ese infame episodio
se forma una Institución!
XXVIII
Según una innoble secta,
Jesús era un dios sin luz.
y fue clavado en la cruz
por ser un alma imperfecta.
Si eso fue una acción abyecta
de ciertos hombres sombríos,
¿por qué los hermanos míos,
que no tienen alma infame,
quieren que Dios los aclame
y aman tanto a los impíos?
*
XXIX
Si se borrara del globo
tanta inmoral fantasía,
el crimen no existiría
y fuera muy raro el robo.
El hombre entrena su lobo
creyéndose que es indemne.
Con una guardia perenne
se cuida contra el marasmo,
y en el templo del sarcasmo
penetra sobrio, solemne.
XXX
Cuídate del falso amigo,
ese que jamás te insulta,
pero lleva un arma oculta
para estrenarla contigo.
El que no comparte el trigo
que le sobra en su heredad,
quien vive en la oscuridad,
quien sufre total amnesia,
y si frecuenta una iglesia
se deshace en santidad.
*¿…?
XXXI
Cuando queda el noble grito
muerto bajo hostil tiniebla,
toda la extensión se puebla
de un silencio de granito.
La razón sucumbe al mito
porque el mito está vigente,
y el vecino más reciente,
herido de miedo, emigra,
¡la gente noble peligra
si vive con cierta gente!
XXXII
Si en la casa del escombro
lograra un puesto la paz,
pudiera ser que en su faz
resplandeciese el asombro.
Sobre la ruta de un hombro
se dan cita el mal y el bien.
Donde el fin toca el Edén
comienza el oscuro abismo.
¡Para el caso da lo mismo
San Juan que Jerusalén!
XXXIII
Dicen que de un solo aliento
Dios a Adán su esencia dio.
¡Qué bien!, ¿y por qué no usó
con Eva el mismo elemento?
Dejó todo el sufrimiento
de la Tierra en una orilla.
Se inspiró en su maravilla
para que Adán se aturdiera,
y en la confusión hiciera
su mujer de una costilla.
XXXIV
Luego, cuando Adán mordió
la manzana del vergel,
vino y lo acusó de infiel
quien nunca nada le dio.
Mas con ello el cielo vio
libre el huerto terrenal…
Si aquel acto fue normal,
-quiere decir no ex profeso-
¿por qué se redunda en eso
de El Pecado Original?
XXXV
Si en Caín, como en Abel,
Dios el mismo soplo usó,
¿por qué a Caín no le dio
sorbos de la misma miel?
Cuando estuvo a solas él
(Caín) y en hostil terreno,
supo que lo hermoso bueno
se lo dieron a su hermano…
¡él dio lo que tuvo a mano:
odio, venganza, veneno!
XXXVI
Cristo un hijo de Dios es,
¡claro, simbólicamente!,
como lo es todo viviente
que vino al mundo después.
Sin ahondar en los porqués
ni poner dudas al gesto,
se deduce, por supuesto,
que además de la quimera,
la chispa, el leño y la hoguera
tuvieron que ver con esto.
XXXVII
Mucho más bello sería
consentir que Cristo fue
vástago actual de José
con su cónyuge María.
Tal concepto nos daría
más razón para quererlo;
más interés para verlo
sin engañar el sentido,
y más claro y definido
humanamente acogerlo.
XXXVIII
Si al círculo del planeta
con tal perfección plasmó,
¿por qué el abismo quedó
tan inmediato a la meta?
¿Con qué tentación secreta
jugaba el Gran Arquitecto?
¿No será que al intelecto
pensó darle el beneficio
de tirarse al precipicio
si no lo hallaba perfecto?
XXXIX
No hay razón para que el río
corra siempre rumbo al llano,
mientras en el altiplano
reina el fuego o rige el frío.
Si en su inmenso poderío
todo a hacer en orden iba,
¿por qué cosa no derriba
la sierra que lo atalaya,
y ordena al río a que vaya
corriendo montaña arriba?
XL
Si Noé, por tierra y mar
diez mil hombres dirigió,
y en el arca acomodó
de cada género un par…,
¿por qué, tras de dominar
la furia de la pantera,
y el león, y la más fiera
de las fieras de la etapa,
dejó muriendo en la capa
del globo, una raza entera?
XLI
Si el arca fue construida
de la extensión de un estadio,
¿cómo en tan pequeño radio
tanta especie halló cabida?
¿Dónde almacenó comida
para el diplodoco enorme?
Frente a la crudeza informe
del tremendo egocentrismo,
¿pudo estar tanto egoísmo
con la conciencia, conforme?
XLII
Para sostener la prora *
con la carga que tenía,
se cree que el arca debía
tener millas de eslora.
Tales bases aún ahora
no salvan al confundido,
que la vida ha mal vivido
sufriendo una penitencia,
¡o que por su conveniencia
no quiere ser convencido!
* Vocablo poético proa
XLIII
Dios habita en la región
que más atraiga el encuentro.
No tiene que ser un centro
que auspicie una religión.
Dios no tiene filiación;
no es católico-romano,
ni musulmán ni cristiano,
ni hebreo ni protestante…
¡Pero puede en un instante
volar al género humano!
XLIV
Dios nos da la inteligencia
para que sepamos de Él,
no de tanta gente cruel
que le usurpa la sapiencia.
Yo creo al hombre de ciencia
que investiga los valores,
no a creyentes e impostores
que lo siguen por sumisos,
o por cumplir compromisos
impuestos por sus mayores.
XLV
Dios le da la inteligencia
al que la verdad escribe,
cuando la luz no se inhibe
por razones de obediencia.
Con tal triste deficiencia
muchos marchan entre nos,
pues siguen a un falso Dios
por cumplir con la costumbre,
y andan en la muchedumbre
luchando contra sus (yos). *
* (Yo ) pluralizado
XLVI
Dios nos da la inteligencia
para que tengamos juicio,
no para que esté al servicio
de otros con igual solvencia.
Puedes doblar tu conciencia
siendo un muerto en vida así;
como un tú que huyó de ti
para amar a un dios hindú…
Mejor dicho, en vez de tú
serás como un maniquí.
XLVII
Yo tomo la inteligencia
para usarla con sentido,
y cuando marchar decido
lo hago sin interferencia.
La ignorancia y la inocencia
son mundos de oscuridad,
en los que una sociedad
torpe, nos llama por nombres,
¡por eso millones de hombres
mueren sin tener edad..!
XLVIII
No tengo la fe quebrada.
Gracias a mi inmensa fe
desde el comienzo me alcé
con un brillo en la mirada.
Mi fe siempre fue basada
sobre cierta voz presente.
Quien escuche a mucha gente
dando voces de consuelo,
tiene que sufrir el duelo
¡de ser un hombre inocente!
X LIX
Mi fe creció del tamaño
de una pirámide firme,
y para no confundirme
la renuevo año tras año.
A veces me pongo huraño
y tiro de mis cabellos,
pero tengo días bellos
y la fe siempre me sobra,
para evadir la zozobra
con dolores y sin ellos.
L
La fe no es cosa de sueño
ni nace de un espejismo,
donde se engaña uno mismo
creyéndose ser su dueño.
La fe es parte del empeño
con que vivimos la vida.
No se ofrece ni es pedida,
ni se roba ni es comprada,
no acepta ser alquilada,
ni ser por gusto vendida.
LI
La fe no revive a un muerto.
Quien lo crea, tarde o pronto
se irá también como un tonto
sin rumbo claro ni cierto.
La fe ofrece luz y acierto
cuando en altares mayores,
purga el hombre los errores
que con el tiempo acumula,
después que los disimula
junto a su cuenta de horrores.
LII
Jesús tuvo el gesto noble
de apartarse la barbilla
y ofrecer la otra mejilla
donde el castigo fue doble.
Pero bajo el mismo roble
¡venganza! gritó su gente.
Por eso sigue vigente
la práctica del despojo,
demandar ojo por ojo
y exigir diente por diente.
LIII
Si el cielo prodiga el pan
también las muertes esparce.
Don Gaspar Núñez de Arce
Dijo con firme ademán:
Cuando suelto el huracán
rompe, arrolla y desbarata,
solo algún alma insensata
en momento tan aciago,
culpa al viento del estrago
y no a Dios que le desata.
LIV
Aquí el mal es tan profundo
y los cuerdos son tan pocos,
que es un hospital de locos
todo el ámbito del mundo.
Dijo Plaza. Y al segundo
sentenció con claro verso:
Si a tanto loco perverso
tratáramos de encerrar,
preciso era circundar
de muros el universo.